Amigo autocaravanista: dicen los aficionados a los refranes, espabilados ellos, que hay que tener amigos hasta en el infierno. Pues podéis ir pensando que ya tenéis a uno allí esperándoos si os merecéis ese destino. Aunque no sé si será una buena amistad para vosotros pero tengo para mí que preferiría al mismísimo Belcebú que a ese amigo del que os prevengo. Supongo que la mayoría de los que viajáis por los procelosos mares de las carreteras europeas compartiréis dicha preferencia por extraña que os parezca. Os cuento empezando por los antecedentes.

Heme aquí jubilado recientemente. Aún no estoy para pararme a contemplar obras públicas, a ver cómo otros trabajan mientras yo recuerdo que lo hice de sol a sol hasta hace bien poco. Me meto en Internet, otro mar proceloso y con peligros muy diferentes. Busco información sobre un adusto y bigotudo antepasado militar. Hasta aquí nada extraño. O sí, no sé. Dejémoslo en cosas de jubilados.

Pues resulta que entro en una página que no buscaba directamente pero me parece que puede darme algún dato para lo que intento informarme, ya digo, del antepasado militar y sus circunstancias. Se trata del sitio informático del Museo del Ejército de Valencia.(http://www.amigosmuseovalencia.es/index.php) Y ¡oh sorpresa! ¿Qué me encuentro? Pues la foto de un llamado furgón dormitorio. Destaca dicha foto de pequeño tamaño entre otras muchas de uniformes, cañones, mapas antiguos, banderas, pertrechos militares y los muchos archiperres que el ejército usó en su larga historia, tanto de larga como la humanidad misma.

Dejando de lado las fotos que exaltan la milicia, me centro en el furgón dormitorio porque la curiosidad y mi historia como autocaravanista no me permitían otra cosa. Clicando en la misma se abre una serie nutrida de fotos del furgón. Descubro una insólita camioneta de los años 30, marca Chevrolet, efectivamente acondicionada para ser usada como dormitorio. Cuenta con su hermosa cama, su largo sofá, su mesa de escritorio ante una ventana, un baño con su taza y su lavabo abatible... En fin, toda una autocaravana de factura muy de la época, “modelo años 30”. 

Y me pregunto, como cualquier mortal que lo descubriera, ¿a quién pudo pertenecer semejante autocaravana avant la létre? Y esa fue mi máxima sorpresa que en un tris estuvo de costarme la salud: perteneció alGeneralísimo Franco (así le llaman en la página wew, como en sus mejores tiempos de largo gobierno y pretendida gloria). También se nos informa de que se construyó para que tan sonado personaje tuviera cobijo seguro y cómodo en sus andanzas por Cataluña al final de la guerra que él había propiciado.

No dice si la usó mucho, poco o nada. Se limitan exhibir numerosas fotos para que la podamos ver con el máximo detalle. Tal vez algún fabricante quiera tomar modelo de la misma. ¿Sería buen negocio hacer réplicas de este furgón dormitorio ahora que parece que repunta la ideología que tanto trató de trasmitirnos su propietario?

No sé si a alguien podría tener la tentación de hacerle a Franco autocaravanista de honor a título póstumo. Y aprovechar para montar con esta excusa un sentido homenaje a nuestro invicto Caudillo… Conmigo no contéis. Prefiero a Belcebú.