Por éstas fechas del puente de la Purísima decidimos junto con nuestros amigos hacer turismo interior, somos normalmente dos matrimonios que siempre aprovechamos los puentes que podemos, para desplazarnos un poco más lejos, estos cuatro días los dedicamos para visitar Albarracín, luego visitar la ciudad de Teruel y el parque temático de Dinópolis y ya de vuelta haríamos una parada en Belchite.

Son casi 500 kilómetros desde Barcelona hasta Albarracín y evidentemente llegamos ya tarde, aparcamos nuestras autocaravanas en el parking. Unos metros antes de entrar en el pueblo el Ayuntamiento da la bienvenida con gran cartel que dice: “PARA HACER MAS AGRADABLE SU ESTANCIA EN ESTA CIUDAD, ROGAMOS COLABORE APARCANDO SU VEHICULO EN LOS LUGARES DESTINADOS A ESTE FIN – GRACIAS”  y un poco más adelante, una señal que te indica la entrada del parking, unos metros después te encuentras con una señal de prohibido aparcar con una leyenda que dice: “AUTOCARAVANAS DE 22 A 8 HORAS”.

Como eran sobre las 6 de la tarde, aparcamos junto con bastantes más autocaravanas y decidimos ir a visitar Albarracín, su iluminación invitaba a un paseo, aprovechamos para hacer nuestras compras varias, y así dedicar el día siguiente a la visita, ya que la teníamos concertada y pagada.

Cuando volvimos, nos encontramos a un agente municipal junto con otras personas, que resultaron ser de las otras autocaravanas, entre ellos una familia francesa, el agente venia con la instrucción de hacer cumplir la señal de la entrada.

El primer argumento entre todos fue, si era conocedor de la INSTRUCCIÓN 08/V-74 publicada por el Ministerio del Interior y donde la Dirección General de Tráfico, hace mención directamente a las autocaravanas, para recopilar e interpretar todos los aspectos normativos y recogerlos en la legislación sobre tráfico y vehículos a motor, le destacamos el apartado “3.- PARADA Y ESTACIONAMIENTO”  donde unos párrafos más adelante dice literalmente: “las autocaravanas pueden, por tanto, efectuar las maniobras de parada y estacionamiento en las mismas condiciones y con las mismas limitaciones que cualquier otro vehículo” por lo tanto se desprende que es un vehículo como cualquier otro.

Conforme iba avanzando la conversación, salió la gran paradoja, nosotros, o sea las autocaravanas, teníamos que marchar o seríamos sancionados, pero en cambio las varias furgonetas “camper” que también estaban aparcadas y que también son autocaravanas, pero de tamaño más reducido, no serian sancionadas si se quedaban.

No solamente ésta, sino que algunos de ellos, antes de entrar en el parking, se trasladaron al camping que hay cerca, resultando que estaba cerrado, con el consiguiente comentario, de una familia de la zona, que no reunía las condiciones para las autocaravanas.

Finalmente y ante tantas evidencias nos dejó a cada uno, una nota de aviso, sin proceder a la sanción.

Claro, como se puede entender esta situación deja un mal gusto de boca del comienzo de las vacaciones, ni que decir tiene que la pobre familia francesa, que no entendía nada, yo les iba traduciendo y no salían de su asombro, puesto que en su país es totalmente al revés, sus ayuntamientos procuran disponer de áreas de parking y en muchísimas de ellas totalmente gratuitas, porque saben que le aportaremos ganancias (compras, visitas, etc.).

Al día siguiente, hice el comentario de lo sucedido, en las tiendas que el día anterior compramos y a los guías que nos acompañaron, todos ellos nos hicieron notar su gran preocupación y malestar, puesto que hoy en día su mayor fuente de ingresos, precisamente es el turismo y ésta no es la mejor forma de promocionarlo.

Con estos pequeños detalles, nos podemos dar cuenta de la situación que aun se encuentra el turismo en general y que si nuestro país tiene el turismo que tiene, es sólo por su gran potencial que dispone, diferente de otros países más avanzados, que con menos, le sacan mayor provecho, y claro está, que moviéndote por nuestras diferentes comunidades, te puedes dar una idea del profundo desconocimiento que existe de nuestro sector, en muchos de los ayuntamientos de España, puesto que no es la primera vez que me ha ocurrido, y todo por no tener una mínima visión de futuro, de la poca mentalidad creativa para fomentar su propio capital, y la poca sensibilidad con sus ciudadanos que disponen de negocios y que viven precisamente del turismo, por parte de las autoridades municipales y gubernamentales.

Por cierto, la pareja francesa me comentó después de los hechos, que eran jubilados y hacía un mes y medio que estaban haciendo un recorrido por todo el país y que seguirían hasta mediados de diciembre para pasar las navidades en casa, ¿ustedes se imaginan que mensaje van a dar a sus amigos y familiares de nuestro país?

Barcelona, 14 de diciembre de 2009

Pedro Mitjà Munill